Hace unos meses llegó a mi casa, junto a un abrazo desde la fría y distante Iowa City, Alfabeto para nadie, el último libro del poeta trasandino Cristián Gómez O. (a quien vemos leyendo en la fotografía) (digresión: todavía recuerdo la sorpresa que me provocó en Santiago, durante la presentación de un libro, que se refirieran a mí como "poeta trasandino", algo que desestabilizó la ordenada idea del mundo que yo tenía en ese entonces). Bueno, como disfruté mucho la lectura del Alfabeto, comparto un par de poemas:
NO QUERÍA SALIR DE NOCHE
Una vez nos juntamos a celebrar
los cien años de Pessoa; a cada cual
le correspondía un heterónimo,
a mí me tocó en suerte Álvaro de
Campos, ingeniero y cosmopolita,
desenfadadamente maricón, según
contaba Ofelia. La casa era una
de esas antiguas casas señoriales
donde hubiéramos tenido que entrar
por la puerta de servicio. Ni el vino
ni las velas nos salvaron del invierno,
a punto de partir como nosotros: fue,
sin embargo, la última noche que hizo frío.
POEMA DE APREMIOS Y CONCESIONES
Es bueno que algunos salgan a planear en sus avionetas
(los pueden llevar muy lejos). Uno se acostumbra, a veces
a echar de menos y sin avengorzarse. Cuando
me daba un par de vueltas por el centro y visitaba el
sindicato de empleados de talabarterías, pude darme
cuenta de tantas cosas. Después recorría la calle
Ayllavilú y desde la perspectiva de un niño de doce años
montado en una Einstein-Sta. Rosa, más tarde en una
M.Montt-Cerrillos: no dejaba de imaginarse ese
tugurio como una especie de lugar sagrado y sin acceso.
El error se repetiría con frecuencia, pero el cabaret El Infierno
sería pronto reemplazado por un estacionamiento de dos
pisos que no tardó mucho en ser asimismo reemplazado
por uno de tres. La penitenciería, el mercado, la estación.
No hace mucho almorcé por ahí con un amigo que dice
ya no ser mi amigo. También subieron los precios.
Lo único que ha bajado es la bencina. Debe ser
lo que estoy tomando.
Cristián Gómez O. Alfabeto para nadie. Editorial Fuga, Santiago de Chile, 2008.
NO QUERÍA SALIR DE NOCHE
Una vez nos juntamos a celebrar
los cien años de Pessoa; a cada cual
le correspondía un heterónimo,
a mí me tocó en suerte Álvaro de
Campos, ingeniero y cosmopolita,
desenfadadamente maricón, según
contaba Ofelia. La casa era una
de esas antiguas casas señoriales
donde hubiéramos tenido que entrar
por la puerta de servicio. Ni el vino
ni las velas nos salvaron del invierno,
a punto de partir como nosotros: fue,
sin embargo, la última noche que hizo frío.
POEMA DE APREMIOS Y CONCESIONES
Es bueno que algunos salgan a planear en sus avionetas
(los pueden llevar muy lejos). Uno se acostumbra, a veces
a echar de menos y sin avengorzarse. Cuando
me daba un par de vueltas por el centro y visitaba el
sindicato de empleados de talabarterías, pude darme
cuenta de tantas cosas. Después recorría la calle
Ayllavilú y desde la perspectiva de un niño de doce años
montado en una Einstein-Sta. Rosa, más tarde en una
M.Montt-Cerrillos: no dejaba de imaginarse ese
tugurio como una especie de lugar sagrado y sin acceso.
El error se repetiría con frecuencia, pero el cabaret El Infierno
sería pronto reemplazado por un estacionamiento de dos
pisos que no tardó mucho en ser asimismo reemplazado
por uno de tres. La penitenciería, el mercado, la estación.
No hace mucho almorcé por ahí con un amigo que dice
ya no ser mi amigo. También subieron los precios.
Lo único que ha bajado es la bencina. Debe ser
lo que estoy tomando.
Cristián Gómez O. Alfabeto para nadie. Editorial Fuga, Santiago de Chile, 2008.
6 comentarios:
Es lo que siempre quisiste ser Marcelo: "un poeta trasandino". te cumplieron el sueño.
Marce: trasandino y desempleado, de acuerdo como van las cosas por esta parte del planeta (y en casi todas las partes del planeta). Sí, también me suena extraño lo de trasandino, yo creía que eso estaa reservado para los argentinos.
Un gran abrazo,
Cristián
Por un lado es cierto, Matías, pero lo mío es más específico, yo siempre quise ser poeta chileno, y ahora resulta que como los trasandinos somos nosotros, no me cambia nada!
Cristián ¿tan duro se puso todo allá?
trasandino? bueno, yo creía que trasandinA era yo, que soy de mendoza...
un gusto conocer estos poemas y este blog.
saludos desde el otro lado!!!!
Bibiana, Mendoza es este lado, no me confundan más, por favor! Los poemas son muy buenos, eso al menos está claro.
Marcelo: sí, pésima. Debo haber mandado cincuenta postulaciones de trabajo, cero resultados. El sueño americano.
Mendoza es como una especie punto intermedio, territorio de nadie, habría que declararla República Independiente. Y el vino que tienen...
Xtián
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