sábado, 26 de junio de 2010

DREAM TEAM

Mientras las vuvuzelas no dejan de sonar, y la espera por el partido de octavos se vuelve interminable, y los cinco equipos sudamericanos están en octavos, y el inefable Bambino Veira en su columna (?) en la que supuestamente debe analizar los partidos se despacha con un análisis minucioso del traje de Maradona para terminar con esta frase: "me gusta Diego con ese traje, parece un escritor (!)", yo subo esta foto de Sergio Zaninelli en la que parezco un futbolista, y un poema que tiene que ver con el fútbol, pero también con caminar el lugar donde uno vive, y con las dos entradas anteriores:


ONCE POSTALES DEL HOSPITAL PENNA

para Christian

I
Veinte calles de tierra,
la loma al sol.


II
Los campitos de la morgue
siempre fueron los más aptos
para la práctica entusiasta
del fútbol infantil.


III
El Bachicha. El Keko. El Luisito. El Negro. El Ariel.
El hermano del Negro. El hermano del Carco.
El Carco. El Sapo. El Zurdo. El Chino. Y el Roberto
(que es el que pone el fútbol).


IV
Las paredes blancas a la hora de la siesta.
Una enfermera cruza, blanca, bajo el sol
de un pabellón a otro, y atraviesa
el sendero de pinos.

Carga vendas y potes
con líquidos oscuros.


V
Apenas una brisa entre los pinos
y las finas hojas de los eucaliptos.


VI
Al Bachicha no hay,
ni como insulto, ni como alabanza,
que decirle hijo de puta,
porque se ofende y se va;
y el Bachicha es el único más hábil que tenemos.
Otras cosas sí se le pueden decir,
como güevón o pajero, que se ríe
y no hay
ningún problema.


VII
Al filo de la sombra, de una pila de escombros,
el zigzagueo fugaz de la lagartija.


VIII
Cada tanto una ambulancia interrumpe las acciones.
Dos enfermeros cargan, por el pedregullo, al sol,
un bulto en la camilla.
El que tira adelante hace en voz baja un comentario;
el otro disimula, guarda las formas, pero, se ve,
no puede con la risa.
Un tercero aparece, como zombie, en la puerta de la morgue,
se rasca la cabeza, trae un mate en la mano:

Apuren, que se enfría.

Seguimos, seis a tres.


IX
Lenta pasa,

en la ruta,

la 17

con obreros

dormidos

de la Coca Cola

         o la

       cervecería.


X
Dos
de los monos más grandes
del equipo rival
(el de Boca y el
de camiseta verde)
capturaron una lagartija:
la tienen de la cola (pobre bicho),
y se retuerce,
y brilla al sol.

Se la quieren meter en el culo
al gordito pecoso que traen de arquero.

Pero no va a ser fácil:    El gordito
no se deja.


XI
A la vuelta, con los pinos
alargando su sombra
más allá de la calle,
cuatro viejos esperan
que les tomen la presión.

Con el General muerto, ahora sí que perdimos.

Se dicen, lagrimean, gesticulan.

A la vuelta, catorce a diez,
     perdimos otra vez.

en Es lo que hay, 17grises, Bahía Blanca, 2010 (originalmente en Berreta, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1998)

lunes, 21 de junio de 2010

HABITAR E IMAGINAR


Estuve leyendo la semana pasada una serie de textos de David Harvey, y el martes subí a este blog un fragmento de El derecho a la ciudad; releo en estos días un libro de Néstor García Canclini, Imaginarios urbanos. Publicado en 1999, es un libro que en parte ha quedado viejo,  porque su objeto es un conjunto de ciudades latinoamericanas atravesadas por las políticas privatizadoras, la pérdida del espacio público y el discurso neoliberal, y en parte nos sigue interpelando, en la medida  que las consecuencias de esas políticas no desaparecen de un día para el otro, y mucho menos  os portavoces de su ideario.
.
La ola de privatización, dice Harvey, fue el mantra de un neoliberalismo que no sólo impuso políticas destructivas, sino que se constituyó, durante la larga década del 90, como el único relato posible del mundo. No sólo privatizó el Estado para dejarlo en pocas manos, sino que también dejó en pocas manos la posibilidad de decir algo sobre ese orden de cosas. El camino lleno de obstáculos que transita la Ley de Medios Audiovisuales  en Argentina no es más que la manifestación de que cambiar ese orden implica tocar intereses concretos, y centrales.
.
En una de las primeras entradas de este blog, hace ya dos años, cité un texto de Giorgio Agamben. Me resulta revelador leerlo ahora, en el marco del debate por la ley de medios, cuando afirma que se ha quitado la palabra a la ciudadanía, y se han expropiado sus capacidades expresivas. En este marco pienso la importancia de crear espacios donde las palabras lenta y fatigosamente se recuperen, para habitar e imaginar, para preguntarse quién pone en relato o en imágenes lo que significa precisamente habitar esa ciudad, que no ha cambiado de un día para el otro, que conserva en su espacio los restos o ruinas de esas políticas. Va entonces un fragmento de García Canclini:

Ante todo, debemos pensar en la ciudad a la vez como lugar para habitar y para ser imaginado. Las ciudades se construyen con casas y parques, calles, autopistas y señales de tránsito. Pero las ciudades se configuran también con imágenes. Pueden ser las de los planos que las inventan y las ordenan. Pero también imaginan el sentido de la vida urbana las novelas, canciones y películas, los relatos de la prensa, la radio y televisión. La ciudad se vuelve densa al cargarse con fantasías heterogéneas. La urbe programada para funcionar, diseñada en cuadrícula, se desborda y se multiplica en ficciones individuales y colectivas.

Néstor García Canclini, Imaginarios urbanos, Eudeba, Buenos Aires, 1999.

nota: en la foto, Caver Fernando Ares, embajador itinerante, en la época en que ejerció como Cónsul de Villa Mitre en Nueva York.

martes, 15 de junio de 2010

IMAGINACIÓN Y DESEO


Desde hace apenas quince días voy, cada mañana, al edificio que el 9 de enero de 1922 se inauguró como estación terminal de la Compagnie de Chemin de Fer de Rosario à Puerto Belgrano (Compañía del Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano), a la vera del arroyo Napostá, en la por entonces reciente Villa Mitre. 

El edificio fue sucesivamente terminal ferroviaria, parroquia y terminal de colectivos, sin contar los años en que estuvo abandonado y al parecer (según cuentan algunos vecinos) ocupado por familias sin techo.

El estado municipal de Bahía Blanca ha puesto en marcha un Centro de Gestión Comunal en ese lugar, y estamos montando allí un espacio o plataforma de acción cultural, con la idea de trabajar sobre y a partir de la historia del barrio, y organizar una serie de muestras, talleres y proyectos en el cruce entre arte, historia y otras prácticas y disciplinas. 

Como una de las cuestiones a pensar desde la Estación Rosario será la ciudad misma (Villa Mitre, también seguramente Bahía Blanca), traigo, como aporte a ese proceso, un texto del geógrafo marxista David Harvey:

El derecho a la ciudad 

La ciudad, escribió una vez el reputado sociólogo urbano Robert Park, es uno de los intentos más consistentes, y a la postre, más exitosos del hombre, de rehacer el mundo en el que vive a partir de sus anhelos más profundos. Si la ciudad, en todo caso, es el mundo que el hombre ha creado, es también el mundo en el que está condenado a vivir. Así, de manera indirecta y sin una conciencia clara de la naturaleza de su tarea, al hacer la ciudad, el hombre se ha rehecho a sí mismo.

El derecho a la ciudad no es simplemente el derecho de acceso a lo que ya existe, sino el derecho a cambiarlo a partir de nuestros anhelos más profundos. Necesitamos estar seguros de que podremos vivir con nuestras creaciones (un problema para cualquier planificador, arquitecto o pensador utópico). Pero el derecho a rehacernos a nosotros mismos creando un entorno urbano cualitativamente diferente es el más preciado de todos los derechos humanos. El enloquecido ritmo y las caóticas formas de la urbanización a lo largo y ancho del mundo han hecho difícil poder reflexionar sobre la naturaleza de esta tarea. Hemos sido hechos y rehechos sin saber exactamente por qué, cómo, hacia dónde y con qué finalidad ¿Cómo podemos, pues, ejercer mejor el derecho a la ciudad?

(…)

¿Pero de qué derechos hablamos? ¿Y de la ciudad de quién? Los comuneros de 1871 pensaban que tenían derecho a recuperar “su” París de manos de la burguesía y de los lacayos imperiales. Los monárquicos que los mataron, por su parte, pensaban que tenían derecho a recuperar la ciudad en nombre de Dios y de la propiedad privada. En Belfast, católicos y protestantes pensaban que tenían razón, lo mismo que Shiv Sena en Bombay cuando atacó violentamente a los musulmanes ¿No estaban todos, acaso, ejerciendo su derecho a la ciudad? “A derechos iguales” –constató célebremente Marx- “la fuerza decide” ¿Es a esto a lo que se reduce el derecho a la ciudad? ¿Al derecho a luchar por los propios anhelos y a liquidar a todo el que se interponga en el camino? Por momentos el derecho a la ciudad parece un grito lejano que evoca la universalidad de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU ¿O será que lo es?

Marx, como Park, pensaba que nos cambiamos a nosotros mismos cambiando el mundo y viceversa. Esta relación dialéctica está anclada en la raíz misma de todo trabajo humano. La imaginación y el deseo desempeñan un papel importante. Lo que distingue al peor de los arquitectos de la mejor de las abejas –sostenía Marx- es que el arquitecto erige una estructura en su imaginación antes de materializarla en la realidad. Todos nosotros somos, en cierto modo, arquitectos. Individual y colectivamente, hacemos la ciudad a través de nuestras acciones cotidianas y de nuestro compromiso político, intelectual y económico. Pero, al mismo tiempo, la ciudad nos hace a nosotros. ¿Puedo acaso vivir en Los Ángeles sin convertirme en un motorista frustrado?

(…)
  
Pero también pueden definirse nuevos derechos. Como el derecho a la ciudad, que no es, como decía al comienzo, el simple derecho a acceder a lo que los especuladores de la propiedad y los funcionarios estatales han decidido, sino el derecho activo a hacer una ciudad diferente, a adecuarla un poco más a nuestros anhelos y a rehacernos también nosotros de acuerdo a una imagen diferente.

La creación de nuevos espacios urbanos comunes, de una esfera pública con participación democrática activa, requiere remontar la enorme ola de privatización que ha sido el mantra de un neoliberalismo destructivo. Debemos imaginarnos una ciudad más inclusiva, aunque siempre conflictiva, basada no sólo en una diferente jerarquización de los derechos sino también en diferentes prácticas políticas y económicas. Si nuestro mundo urbano ha sido imaginado y luego hecho, puede ser re-imaginado y re-hecho. El inalienable derecho a la ciudad es algo por lo que vale la pena luchar. “El aire de la ciudad nos hace libres”, solía decirse. Pues bien: hoy el aire está un poco contaminado; pero puede limpiarse.

David Harvey es un geógrafo, sociólogo urbano e historiador social marxista. Entre sus libros traducidos al castellano en los últimos años están: Espacios de esperanza (Akal, Madrid, 2000) y El nuevo imperialismo (Akal, Madrid, 2004). El texto completo y otros textos de Harvey acá.

viernes, 11 de junio de 2010

FERROWHITE EN ARTFORUM


Salió el último número de la revista norteamericana Artforum. Bajo el título "The museum revisited", incluye un texto de Inés Katzenstein que, entre otras cosas, afirma:

“…a few innovative projects have emerged in Latin America that attempt to combat the institutional vacuum of their contexts. …examples in peripheral situations within the periphery itself… achieved with little or no money… It may seem beside the point to speak here of non-art museums, but given the critical tint of Ferrowhite’s curatorial vision, the intelligence and unexpectedness of its exhibition devices, and the heroic nature of such an unlikely endeavor, I believe it is eminently worth mentioning.”

En traducción casera: “…unos pocos proyectos [museográficos] innovadores han surgido en Latinoamerica que intentan oponerse al vacío institucional de sus contextos… ejemplos periféricos dentro de la misma periferia… realizados con poco o ningún dinero... Puede parecer fuera de tema hablar aquí de un museo no artístico, pero dado el tinte crítico de la visión curatorial de Ferrowhite, la inteligencia y lo inesperado de sus recursos de muestra, y la naturaleza heroica de tan singular emprendimiento, creo que realmente vale la pena mencionarlo.”

sábado, 5 de junio de 2010

QUÉ FANTÁSTICA FANTÁSTICA ESTA FIESTA


Bueno, vuelvo al blog después de una semana agitada que me tuvo alejado del mundo virtual. Por eso no había subido nada de la lectura en Mar del Plata. Enmendemos ese error: acá se nos ve a mí y a Mario Ortiz leyendo en la fiesta de cumpleaños de la editora Dársena 3. Hubo música del grupo Silent, y muy buenas lecturas de Carlos Ríos, Fabián Iriarte, Gastón Franchini y Gastón Malgieri. Pero más que nada hubo un clima de mucho entusiasmo, que sumado al inefable dúo de presentadores que componen Matías Moscardi & Luciana Caamaño redondeó una noche de lujo, y disfrutamos mucho, mucho. Que se repita el año que viene.
Más fotos
acá, en el blog de Dársena.