La editorial digital Determinado Rumor, de Sebastían Morfes (más conocido como Bombo en el ambiente artístico), acaba de publicar El Pekinés, libro del poeta y licántropo platense Mario Arteca (en la foto leyendo, iluminado, en el aniversario de Festín Mutante). Se recomienda con énfasis, así como el resto del catálogo de DR.
Acá una muestra:
Blind Faith
Un seguidor de la secta neobudista Falun Gong
(Rueda de la Vida) mató a su mujer a martillazos
e hirió de gravedad a su hija, con el fin de hacerlas
inmortales. Dong, tal su nombre, temía que la Tierra
se destruyera el 4 de febrero pasado, y entonces puso
manos a la obra. Esperó (anochecer del 3 de febrero)
a que mujer e hija se durmieran para matarlas
vía percusión, y luego limpió sus ropas, quemó
materiales sobre la secta y se dirigió a la oficina
policial china correspondiente a su jurisdicción.
El detenido Dong tiene 37 años, y es oriundo
de la provincia norteña de Liaoning, donde
cursara la secundaria con calificaciones excelentes,
y sobresaliera más aún por su asombroso dominio
del mandarín, recuerdan. No poca cosa. El hombre
obró de acuerdo al dato sugerido por su líder,
Li Hongzhi, quien prometió que por cada crímen
cometido el cielo púrpura post-nitrógeno de Buda
ganaría seguidores ya fallecidos. Tras el ataque,
Dong se mostró convencido de haber ultimado
también a su hija (identidad en reserva, por
su condición de menor a mayor), pero no cayó
en cuenta que sólo acertó a la farola de pie
(recamada de ajo y cebolleta), un recuerdo
del verano pasado junto a viejos camaradas
de partido, en Yunnan. Así, la niña salvó su cuerpo
por milagro, mas no su alma, acorde la creencia
paterna. La policía apenas pudo contener a Dong
cuando reclamaba para sí la pena de muerte:
quería alcanzar la inmortalidad, estar de nuevo
junto a su familia. El hombre pasó por un curso
de reconversión, tras lo cual juró haberse alejado
de la secta. Faltó a la palabra. Sigue obsesionado
con el Maestro.
(Rueda de la Vida) mató a su mujer a martillazos
e hirió de gravedad a su hija, con el fin de hacerlas
inmortales. Dong, tal su nombre, temía que la Tierra
se destruyera el 4 de febrero pasado, y entonces puso
manos a la obra. Esperó (anochecer del 3 de febrero)
a que mujer e hija se durmieran para matarlas
vía percusión, y luego limpió sus ropas, quemó
materiales sobre la secta y se dirigió a la oficina
policial china correspondiente a su jurisdicción.
El detenido Dong tiene 37 años, y es oriundo
de la provincia norteña de Liaoning, donde
cursara la secundaria con calificaciones excelentes,
y sobresaliera más aún por su asombroso dominio
del mandarín, recuerdan. No poca cosa. El hombre
obró de acuerdo al dato sugerido por su líder,
Li Hongzhi, quien prometió que por cada crímen
cometido el cielo púrpura post-nitrógeno de Buda
ganaría seguidores ya fallecidos. Tras el ataque,
Dong se mostró convencido de haber ultimado
también a su hija (identidad en reserva, por
su condición de menor a mayor), pero no cayó
en cuenta que sólo acertó a la farola de pie
(recamada de ajo y cebolleta), un recuerdo
del verano pasado junto a viejos camaradas
de partido, en Yunnan. Así, la niña salvó su cuerpo
por milagro, mas no su alma, acorde la creencia
paterna. La policía apenas pudo contener a Dong
cuando reclamaba para sí la pena de muerte:
quería alcanzar la inmortalidad, estar de nuevo
junto a su familia. El hombre pasó por un curso
de reconversión, tras lo cual juró haberse alejado
de la secta. Faltó a la palabra. Sigue obsesionado
con el Maestro.
(“Miscelánea de la secta Falun Gong”.
Traducción libre).
Traducción libre).
3 comentarios:
Genial lo de esta editorial digital!! le haremos difusión! exquisita también la muestra de Arteca, groso catálogo por cierto!
Gracias, Marcelo! A ver cuándo te leemos en DR, será una gema total en el catálogo! Un abrazo licántropo. Mario.
xelenchi!!! voy por uno
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