jueves, 30 de junio de 2011

ESTAMOS EN EL AIRE


Mañana viernes 1 de julio, a las 20 hs, en la Alianza Francesa de Bahía Blanca, Fitz Roy 49, los señores Mario Ortiz y Martín Kohan presentarán el libro del señor escritor Luis Sagasti, Bellas Artes, que los señores editores de Eterna Cadencia tuvieron el agrado y regocijo de editar. No va a ser una presentación así nomás, aunque me está prohibido revelar mayores detalles. Así que vayan. Y compren el libro (tremendo libro, déjenme decirles) en el que encontrarán estos textos:

Bichitos de luz

La perra Laika fue lanzada al espacio en noviembre de 1957 desde la base de Baikonur; hoy se sabe que no sobrevivió las dos semanas que se dijo sino que, a las siete horas de abandonar la Tierra, el calentamiento de la nave sumado a un estrés muy violento acabaron con su vida. Durante esos quince días fueron muchos los campesinos que, venciendo el frío intenso, se reunieron por las noches para poder observarla. Era difícil confundirse si se contaba con buena vista: solo dos satélites orbitaban por entonces. Los campesinos encendían una fogata y arrojaban pequeños trozos de carne al fuego, huesos que tardaban en chamuscarse. Quince días, sin faltar ninguno, por una perra callejera que encontró un oficial del servicio aeronáutico y a la que le bastaron dos meses de entrenamiento para lograr la eternidad. Quince días la perra paseando por las noches claras, saludada con gritos de júbilo y brindis de vodka.

El sol da sobre la cima del Everest. El alpinista lleva una máscara de oxígeno; su mano derecha levanta una serie de banderas irreconocibles aunque todos saben que una de ellas es la inglesa. La foto parece una estampita. Contra lo que se supone, no se trata de Edmund Hillary, el primer hombre en alcanzar la cumbre de la montaña más alta del planeta. Hillary es quien toma la fotografía, el alpinista en cuestión es su ayudante, Tensing Norkay, un sherpa humilde y clave que, en agradecimiento a los dioses de Chomilunga –nombre originario del Everest-, cavó un pozo en la cumbre, donde depositó chocolates, caramelos y galletas. Edmund Hillary medía dos metros y su cara aparece en los billetes de Nueva Zelanda.
 
Muchos han querido reconocer en el hombre de traje marrón detenido en el cordón de la vereda, al fondo y sobre la derecha de la tapa del disco Abbey Road, la figura de Pete Best, primer baterista de Los Beatles que ya por entonces trabajaba en una oficina de repartición pública. En verdad, ha dicho una vez George Martin, el arreglador del grupo, ese hombre que asoma en el fondo de la calle era un  tal Bob Ferry, Perry o, algo así, que se había detenido súbito al ver cruzar a los Fab Four para la sesión fotográfica. Perry o Ferry se presentó en varias oportunidades por las oficinas del grupo para averiguar si había aparecido o no en la foto porque él, justo en el instante del flash, estaba saliendo de la casa de su amante, domicilio que ya su esposa sospechaba.Por el contrario, son muchos los ingleses que aseguran ser ese hombre de marrón estupefacto.
 
Mientras que Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaban suelo lunar, Michel Collins quedaba al mando del módulo Columbia, orbitando alrededor de la Luna a exactos 111 kilómetros. Se sabía que uno de los tres astronautas no iba a descender: se trata del hombre más importante de la expedición ya que es el que asegura el regreso. Ni el mejor argumento, ni el abrazo de su mujer, Jodie, consuelan a Collins.La foto más famosa de Neil Armstrong en la Luna es una en la que aparece Buzz Aldrin. Armstrong tomó la fotografía, su imagen se refleja en el casco de su compañero.

Luis Sagasti. Bellas Artes. Eterna Cadencia. Buenos Aires. 2011

martes, 21 de junio de 2011

DECIR "AHÍ"


La foto, tomada en algún momento de la década del 30, muestra el interior del almacén de ramos generales Las 5 esquinas, ubicado en la esquina de Washington y Caseros, Villa Mitre, propiedad de Emeterio Martínez. Hay una presencia fantasmal en la fotografía, es la del inquieto Benito Martínez en su cochecito de chapa, junto a la lata de biscochos Canale, más dada al reposo, más fotogénica. El extenso período de exposición que demandaba la fotografía en ese entonces es el factor que provoca esa rigidez de estatua de los retratados, y es lo que hace imposible la captura del niño, que es un manchón de movimiento. 

He aquí la foto en nuestras manos, gentileza del Archivo de la Memoria de la UNS, y en Villa Mitre 3.0 y en la muestra Un mapa del tamaño de una habitación en Estación Rosario. Y he ahí a Roberto Marrón diciendo "acá llegó el tren que nos trajo a Bahía Blanca", a Beba Del Ferrero de Della Giustina haciendo un gesto hacia la calle del Barrio Obrero para señalar que "esto era todo yuyo, potrero", a Carlos Marchese indicando que "salíamos de allá, de la Farmacia Grünmann" cuando pasaba música en "La vuelta del Perro"...


"Allá", "esto", "ahí": parados frente al mapa en la Estación son muchos los que señalan y dicen "allá", "esto", "ahí". El mapa estimula los deícticos, esas palabras que aluden al contexto espacio-temporal en que se desarrolla la comunicación: "acá", "hoy", "ayer", ajustan su significado en relación a quien habla. Decir "ahí" es decir que alguien habla para indicar dónde y cuándo se encuentra, y cuál es su lugar en el mundo. Deíctico proviene del término griego deixis, cuya raíz indoeuropea es deikt- "señalar, mostrar", de ahí index, índice: dedo para señalar. El mundo se ordena en el gesto más primario del dedo índice que señala y que acompaña al "ahí". El mundo se ordena a partir del centro de gravedad que es quien habla, el que al mostrar se hace visible.

"Habitar es dejar huellas", escribió Walter Benjamin en El libro de los pasajes. El Mapa del tamaño de una habitación levanta una historia colectiva que se hace a dedo índice y deícticos, las herramientas primeras del testigo para decir que estuvo ahí, que esas huellas que releva con su dedo son su paso por el mundo, su habitar ese barrio de origen obrero que es Villa Mitre. Carlos Marchese estuvo ahí, Roberto Marrón estuvo ahí, Benito Martínez estuvo ahí, en ese almacén de ramos generales, donde el movimiento del papel higiénico le enseñó los cambios que traía el peronismo:

“Este… me acuerdo siempre, porque, en casa, nos criamos un poquito a la usanza de aquellos tiempos, colaborábamos, teníamos que colaborar, y en el almacén había una puerta así como estas y arriba en los estantes , yo tenia como 5 o 6, 7 años, ¿no?. Estaba el papel higiénico. Había dos marcas de papel higiénico, eran importados, el Waldorf y otro más y estaban colocados así altos y yo subía con la escalera, lo tenía que bajar, pasarle el plumero y subirlo de vuelta. Entonces le quitaba tierrita y arañita. Y bueno, qué pasa, viene Perón. Y ese papel higiénico que teníamos allá, ya no lo teníamos allá, lo teníamos abajo en el mostrador porque ya no alcanzaba. Porque hasta ese momento la gente se las arreglaba con los papelitos que había envuelto las naranjas o las manzanas. Lo que más se observa en el tiempo es un cambio sustancial en las condiciones de vida de la gente”. (fragmento entrevista con Benito Martinez, realizada por Duilio Minieri)

Benito Martínez, que cuenta orgulloso que ahora colabora con José Marcilese y el Archivo de la Memoria de la UNS y escribe en la revista VeMe, como historiador amateur, como testigo, como vecino, dice "ahí", y señala con su índice a ese nene que sale del almacén Las 5 esquinas en su cochecito de lata y que ochenta años después sigue inquieto, sin dejar de moverse.

viernes, 17 de junio de 2011

CUMPLEAÑOS


Hace 105 años, un 18 de junio, se lotearon los terrenos de lo que hoy es Villa Mitre. Se daba respuesta, de ese modo, a una necesidad de la ciudad que crecía con el ferrocarril y el puerto, y a la llegada de mano de obra inmigrante. Así que mañana festejamos en Estación Rosario el cumpleaños de este barrio (o ciudad, o República, o como circuló en facebook: Principado) de origen obrero. Salud!

jueves, 2 de junio de 2011

SIN GUARDAFARO


Mañana viernes nos vamos a la ciudad hermana de Punta Alta Guillermina Esmoris (arriba en la foto, abajo en poema), Diego Vdovichenko et moi, a leer al Centro Cultural Huevo Duro en el ciclo Sin Guardafaro, que cumple un potente añito. Están todos invitados. 


lo anterior es un detalle de la macrosidad
que responde al acto voluntario
de mover la mano para programar un artefacto que re produce
 
por supuesto
hay algo más adentro de la casa
 
**
la abuela me dice
antes  en las cocinas se cantaba,
después con la radio se dejó
 
tenedores y cuchillos y pinchitos
hacen música
cada vez que abrís y cerrás el cajón
 
**
Las dos manos sobre el vapor
que larga la hornalla
mientras calienta la pava
 
ay el mate serpenteante
por entre vísceras mis
 
y cómo fue que se fueron
los días de sol en la frente
y cómo es que un cacharro
tan brillante
lo anuncia
 
**
así es la cosa
te levantás un día
de lentejas en guiso
 

Guillermina Esmoris