Junto al fotógrafo y novelista Carlos Ríos, y su asistente, crítica, poeta y coiffeur Ana Porrúa, fuimos al monumento a la bandera a hacer unas fotos enmascarado, mientras esperábamos a Yanko González Cangas y a Rosabetty Muñoz, que se tomaban unos vinos dentro del monumento, en un copetín ofrecido a la comunidad chilena, por ser el día de la bandera (chilena).
Ahí fui sorprendido por una horda de desaforados escolares fanáticos de la lucha libre y la poesía contemporánea argentina, con quienes posé gustoso.
10 comentarios:
Ser tu coiffeur no es poca cosa. Pero lo hago con gusto. Para algo uno se prepara en la vida. Abrazo
Marce, vos nunca tuviste pelo desde que te conozco! Entonces lo de Ana es coiffeurismo conceptual. Que no es moco de pavo.
Chapeau!
Una mezcla de Giordano (crítico y coiffeur) y Duchamp.
Me gusta que valoren mi arte. Pero yo sí lo conocí con pelo...por eso me transfomé en su coiffeur, justamente!
ey! además de coiffeur, maestra: yanco es yanKo. justo la K te vas a olvidar.....
Uy, qué animal! ya lo corrijo, a ver si me consideran anti K por esto!
Jaja. Qué producción! La segunda foto está buenísima.
Saludos!
Meliza
(PD: Me encantó "Diesel 6002")
Si muy buena la segunda foto, contraste con el arte callejero.
¿Ríos? Triste, triste papel. Luli.
Ay, Luli ¿qué te tiene tan pendiente de lo que haga Ríos? déjalo que saque fotos tranquilo, y escriba esos textos buenísimos que escribe, y tú haz tu vida libremente, sin desbarrancarte por la pendiente irremontable de la mediocridad y el resentimiento que tanto daño hacen al espíritu. Se feliz.
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