miércoles, 26 de noviembre de 2008

OTRO DEL 68: FUERA DE JUEGO

Un libro más para nuestro concurso: Fuera de juego, del cubano Heberto Padilla. Ganador del Premio Nacional de Literatura de Cuba, condenado por la Unión de escritores de la isla, Fuera de juego y la figura de Padilla acabaron siendo un parte aguas en el debate intelectual de izquierda de fines de los 60. La referencia obligada, en este caso, es el libro de Claudia Gilman, Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América Latina.

«El caso Padilla fue producto de un ensañamiento. Luego me procesaron y me mandaron preso y hasta interno a un hospital. Estaba viviendo con un país al cuello. Yo me lo he ido quitando lentamente. Ese caso se me parece al del Tylenol: medicamento del cual la gente decía que envenenaba, y luego se acostumbrarían de nuevo a él, a su valor analgésico. Ya la gente se ha acostumbrado a que yo escribo, sólo escribo. Fuera del juego es un libro de poemas que obtuvo el Premio Nacional de Literatura de la Unión de Escritores de Cuba y que se publicó en 1968. Contó con un jurado internacional que dio un voto unánime. Pero hubo una reacción negativa por parte de la Unión, que acusó al libro de ser antirrevolucionario. Nunca lo escribí con ese ánimo, porque nunca hubiera salido un libro bueno. Del rencor no puede salir nada bueno. Sólo lo hice con un criterio distinto. Se trataba de la experiencia nueva que había tenido en la Unión Soviética y en los países socialistas donde viví. Allí aprendí por primera vez que la poesía debía tener otra dimensión, que reflejase una preocupación histórica a la vez que creativa. Eso lo reflejé en ese libro y fui acusado». Entrevista a Heberto Padilla, octubre 2000.

UNA ÉPOCA PARA HABLAR

A Archibald Mac Leish

Los poetas griegos y romanos
apenas escribieron sobre doncellas, lunas y flores.
Esto es cierto, Mac Leish.
Y ahí están sus poemas que sobreviven:
con guerras, con política, con amor
(toda clase de amor),
con dioses, por supuesto, también
(toda clase de dioses)
y con muertes
(las muchas y muy variadas formas de la muerte).
Nos mostraron su tiempo
(su economía, su política)
mucho mejor que aquellos con quienes convivían.
Tenían capacidad para exponer su mundo.
Eran hombres capaces en su mundo.
Su poesía era discurso público.
Llegaba a conclusiones.
Esto es cierto, Mac Leish.
Y de nosotros ¿qué quedará,
atravesados como estamos por una historia en marcha,
sintiendo más devoradoramente día tras día
que el acto de escribir y de vivir se nos confunden?

Heberto Padilla (1932 - 2000)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ayer escuché a Pino Solanas, hoy leo esto"una epoca para hablar", las coincidencias como en el bingo te hacen saltar de la silla. gracias!

Marcelo Díaz dijo...

yo también estuve en la charla de Pino, pero no conseguí entrada para la película. qué ciudad de mierda, pasar la película un sólo día...