martes, 12 de mayo de 2009

ARTEFACTOS & MINISTROS

En el último número de OTRA PARTE, como les contaba en el post anterior, dedicado a preguntarse por lo bien hecho en arte (y en consecuencia también por lo mal hecho) escribí un artículo en relación a los proyectos de teatro y arte documental que desarrolla Ferrowhite. El artículo se llama El éxodo inmóvil, y acá les dejo un fragmento, el dedicado a Pedro Caballero, que repone su obra (ARCHIVO CABALLERO, con dirección de Natalia Martirena) este sábado 16 de mayo, a las 20hs:

Sobre el final de Archivo Caballero, segunda obra del proyecto Archivo White, Pedro Caballero reconstruye en escena parte de su patio: sobre un pie de ventilador (tres patas con rueditas) acomoda una cubierta de automóvil, luego un caño de ventilación de aproximadamente metro y medio sobre el que calza un fierro oxidado en cruz; en cada brazo de la cruz coloca un par de tapas de cacerolas, una azul, una verde oscura, y en el extremo superior una lata blanca con un estampado de pequeñas manzanitas rojas, rematadas con un casco de seguridad industrial y un gorro azul para protegerse de la lluvia. El artefacto parece de lejos una señal ferroviaria, o, según se lo mire, una especie de autómata. Pero los contornos antropomorfos del objeto se desvanecen cuando Caballero agrega al conjunto un viejo monitor de computadora, que no se apoya sobre su soporte, sino que lo hace sobre la pantalla, que da directamente contra el piso. Luego coloca sobre el monitor un cubre llanta plateado de Fiat Siena y hace salir de uno de los costados una gruesa manguera de aspiradora que se conecta al pie del ventilador y viene a establecer un extraño circuito por el que habría de circular no sabemos bien qué.

En medio de esta instalación Pedro Caballero se sienta sobre una silla también intervenida (el respaldo se encuentra cubierto por un saquito de mujer de lana azul con motivos blancos en puños y bolsillos), y dice: - Todas las tardes me siento a leer algún tomo de la Historia de la Segunda Guerra Mundial, o repaso en mi memoria todos los presidentes argentinos y sus ministros… me siento entre los adornos. Los adornos son Artefactos. Y la definición que se nos da de artefacto es, más o menos: - artefactos que hago yo, en el patio, y me acompañan. Acabamos de asistir al montaje de uno.

Pedro Caballero, jubilado ferroviario, vive en un par de casillas de chapa y madera de las antiguas colonias ferroviarias de Ingeniero White. Su verdadero hábitat, sin embargo, es su patio, que recuerda de algún modo el Merzbau de Kurt Schwitters. A la manera del Merzbau, el patio es una suerte de ensamblado en expansión que, como un "organismo", crece desde el interior de la manzana hacia la calle, y llega a reproducirse en Ferrowhite. A golpe de vista es un depósito de chatarra, sin embargo, si se lo mira con detenimiento se descubre que la promesa de un orden vincula a los objetos. Por algún motivo que se nos escapa y a la vez nos interpela, es evidente que el lugar de la cubierta es sobre la pata de ventilador, y el de la tapa de llanta de Fiat Siena sobre el monitor boca abajo, aún cuando la tapa insista en deslizarse una y otra vez interrumpiendo la obra.

La instalación es precaria e inestable. Como las performances de los intérpretes del proyecto Archivo White de teatro documental, se encuentra bajo permanente amenaza: la posibilidad del error está presente de principio a fin, es un elemento de tensión continua.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno se lo puede imaginar a Pedro repitiéndoles a sus pares... "Para algo va a servir, para algo va a servir". Saludos. Diego.

Marcelo Díaz dijo...

Ja, ja. Y le encuentra "utilidad" en esos extraños adornos/artefactos que cubren su patio (y el museo)

Gimena Castellón Arrieta dijo...

...la promesa de un orden vincula a los objetos


me gusto esa observación.


saludos marcel!

Marcelo Díaz dijo...

Hola, Jime! Cómo va? Voy para tu blog y sigo a la espera de esos textos que me estabas por mandar.