martes, 13 de octubre de 2009

1492 - 1879 - 1979


El discurso del roquismo en los alrededores de 1879 no sólo apa­rece como un epilogo correlativo al Facundo de 1845, sino que am­bos textos pueden ser leídos como capítulos de ese gigantesco corpus que, si se abre con el Diario de Colón a fines del siglo XV, recorre trágica y contradictoriamente los siglos XVI, XVII y primera mi­tad del XIX; sin notas al pie, pura andadura. Esa constante que si en su totalidad organiza una "literatura de frontera" encabalgada en la dialéctica de lo parecido y lo diferente, se va dramatizando entre lo que queda "de este lado" y lo que amenaza "desde el otro", entre "lo que se muestra por nosotros" y "lo que por ello se agazapa". Entre "lo que peligra aquí" y "lo que debe ser castigado allá". Sin demasia­dos matices, tajante contraposición, drama elemental. Pura guerra. Y que mediante una suerte de coro polifónico, comenta, provoca, sintoniza y explica una de las manchas temáticas más densas de la historia de América Latina y de la Argentina. Sobre todo cuando in­tenta, como sistema de justificación, la búsqueda de un orden cau­sal.
Porque si se leen los documentos oficiales o la serie de libros publicados con motivo de la campaña al río Negro, ya sea para in­sistir en la necesidad de la empresa contra los indios o en el despil­farro que eso implica, ya se trate de comentar algún episodio o de celebrar sus éxitos, se va recortando un núcleo problemático que se repite de forma matizada, con fugaces resonancias a veces o de manera enfáticamente subrayada en otros casos: que la campaña al Desierto representa "el necesario cierre", "el perfeccionamiento na­tural" o "la ineludible culminación" —en su extremo sur más leja­no— de la conquista española de América inaugurada en el Caribe. Esa empresa urge porque es "un mandato del destino". Eduardo Wilde, uno de los hombres más lúcidos de la agresiva élite roquista, llega a parodiar: "Desde el río Negro, cuatrocientos años de historia nos contemplan."


David Viñas, Indios, ejército y frontera. Siglo XXI, México, 1982.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

12 de octubre día de la razzia

mario ortiz dijo...

Por supuesto, hay una continuidad lógica entre el discurso de los españoles y el de Roca: es el típico discurso conquistador. Aún más: no olvidemos que la "campaña al desierto" se inscribe en un contexto epocal marcado por la consolidación de los grandes imperios europeos, singularmente el británico. Chamberlain, Herbert Spencer (que estaba en el horizonte teórico de la generación del '80)y Theodor Roosevelt, justificaban la empresa imperialista como una misión de progreso que las culturas"naturalmente superiores" debían cumplir con los bárbaros, los coolíes y los incivilizados.
Roca entró a la pampa argentina con la misma mentalidad que un general inglés entraría a Kenia.
Visiones: Colón y su prole veían en los aborígenes seres del paríso terrenas o antropófagos temibles, pero no hombres; Sarmiento veía los gauchos como beduinos; más de un inglés ´creería encontrar "eslabones perdidos" en los zulúes, no sujetos.
saludos a todos
mario

mario ortiz dijo...

fe de erratas:
donde dice "paríso terrenas", léase, por supuesto, "paraíso terrenal".

Marcelo Díaz dijo...

Discurso que es posible rastrear hasta hoy en la prensa facha, y en el sentido común facho, en la derecha política y que asoma con variantes cuando se habla de la delincuencia, de los negros, de los pobres, de los bolivianos, de los paraguayos...

vwerhryjtyjtjtjyt dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
vwerhryjtyjtjtjyt dijo...

Por nacer entre océano y pampa,
con el cielo por límite azul,
a infinita grandeza te orientas
y es tu nombre una imagen de luz.

Mensajero tal vez de los Andes
tu barranco se yergue ante el mar,
para un cóndor audaz cuyo vuelo
te llamase a progreso inmortal.

Avanzada de luz, blanca aurora,
fue tu antiguo, tu heroico fortín,
tú quebraste la flecha del indio,
humillando su hirsuta cerviz.

Avanzada de vida es ahora,
en la patria tu ingente labor;
por la patria tu impulso es un vuelo,
por la patria tu vida es amor.

Entre el mar infinito y la pampa
vas creciendo, animosa ciudad,
y en la imagen de luz de tu nombre
se presiente tu gloria mundial.

Lo escribieron claro. Y las instituciones, desde alli, cuentan la historia.

Deci que nunca fue Top Ten en mi escuela.

Marcelo Díaz dijo...

Eso es cierto, Fermín, nadie se sabe ese himno espantoso. Se ve que no despierta ningún tipo de entusiasmo. Lo que nos da algo de tranquilidad...