lunes, 8 de febrero de 2010

GREATEST HITS DE LA LÍRICA OCCITANA

1 - Un trovador vive en la joie como el pez vive en el agua (Arnaut de Maruelh)
2 - Un trovador hace un poema acerca de la nada mientras duerme sobre un caballo (Guilhem de Peitieu)
3 - Un trovador no canta, antes bien mou son chan (mueve su canto) como el pájaro mou sas alas. El trovador envía su canto por el aire (porque ama de lejos) y espera mover, con él, a quien lo escuche, preferentemente su distante amada (Jaufré Rudel)
4 - Un trovador mou son chan aún cuando no pueda mover su lengua, recientemente cortada por un marido celoso, y cornudo (Peire Vidal)
5 - Un trovador pone su cor (corazón) y anhela un cors (cuerpo), y viceversa. Así hasta volverlos misma palabra, misma cosa (Bernart de Ventadorn)
6 - Un trovador la pone ciento ochenta y ocho veces en ocho días. Acto seguido, enferma (Guilhem de Peitieu)
7 - Un trovador entrebesca los motz (entrelaza las palabras) como dos lenguas se entrelazan en el beso (Bernart Martí)

fragmento de Blaia, por ahora inédito

15 comentarios:

Ana Miravalles dijo...

Estremecedoramente emocionante. Ya queremos leerlo todo entero, Blaia...

Dbo-- dijo...

me gusto la 6

nachoizaguirre dijo...

buenísimo , directo y preciso compendio de definiciones ..

la 6 es una cita que hasta no la demuestres no te la creo, no lo digo que la demuestres en el sentido literal, claro está.

nachoizaguirre dijo...

aaah , estuve investigando , y vaya que la ponía el Peitieu ese, retiro lo dicho, no tiene nada que demostrar, al fin y al cabo nunca lo tuvo =)

nachoizaguirre dijo...

y después de enfermar, manda a matar al gato encima ..

Marcelo Díaz dijo...

Ja, ja, decí que en el siglo XI no existía el Guiness...

ana porrúa dijo...

Blaia: qué libro!

A.A. el Ciervo dijo...

Mi buen hermano, ¿podría copiar, con los debidos créditos, estos fragmentos que de goce han de llenar a quien lo leyese u oyese?
De antemano, gracias, y buena suerte.

Marcelo Díaz dijo...

Ana, gracias!
AA el Ciervo, copiá con confianza, si es para la web, con un link a este blog, todo bien. Si es para papel, tarjetita, pasacalle u otro medio cualquiera, con mención mínima estamos contentos. Abrazo grande!

Anónimo dijo...

"greatest hits": ay! qué manera de aludir a la poesía! Les gusta el punto 6?! Qué pena. "Un trovador la pone 188 veces" Habría que decir un trovador miente, o mejor, un trovador sueña; un trovador entretiene a sus contemporáneos (actitud en nada ejemplar). Y también un trovador en el siglo XI no esperaba un público tan adolescente en el siglo XXI.
Punto 8. Un trovador es un noble que participa en las cruzadas. Ininteligible para la plebe del siglo XXI.

Marcelo Díaz dijo...

1 - El Anónimo supone que hay maneras más o menos adecuadas de aludir a la poesía. No dice cuáles.
2 - El Anónimo marca con una sagacidad que ni el autor ni los lectores entusiastas del blog tienen, que el punto 6 es mentira. De donde se podría deducir que para el anónimo la poesía debe decir la verdad.
3 - El anónimo se horroriza ante el entretenimiento. La poesía debe tener actitudes ejemplares.
4 - El anónimo no es adolescente, es adulto, aunque no lo suficiente como para poner su nombre. Digamos que está ahí, casi adulto.
5 - El Anónimo sostiene que todos los trovadores son nobles (lo que no es verdad), y que toda la nobleza occitana participa en las cruzadas; es decir, conoce un poco de lírica trovadoresca, y considera que conoce lo suficiente como para opinar. Habría que decir que muchos nobles, burgueses y campesinos occitanos participaron efectivamente en la cruzada albigense (ordenada por el Papa Inocencio III, más conocido como creador de la Inquisición Pontificia en 1215), pero lo hicieron en el rol de herejes, teniendo una destacada participación como cadáveres.
6 - El anónimo pretende maneras adecuadas, verdaderas, adultas, nobles y ejemplares (ejemplares!!!) para la poesía. Una actitud coherentemente medieval que saludamos con respeto.

ana porrúa dijo...

La verdad, no se entiende lo del Anónimo, ciertamente. Y que tenga que aclararnos que miente el punto 6....se agradece. Ahora, hablemos de poesía.

Anónimo dijo...

Estimada Ana:
Quise decir: la composición "Farai un vers, pos mi sonelh" es toda ella una fábula o sueño o fingimiento del autor. La estrofa XIV no me hubiese divertido en el siglo XI (que es eso lo que se propone dicha estrofa) y no me divierte 1000 años después. Dicha composición nos sobrevivirà otros mil años (su vida es la vida de la poesía occidental) Lamentablemente vivimos en esta epoca, que sufrimos, esta epoca que, de un trovador, rescata su vida sexual (los hombres han olvidado que la carne es triste).
Mi punto 8 no se refería a "todos" los trovadores, sino solo a Guilhem de Peitieu, conde de Poitiers y duque de Aquitania, quien participó en la primera cruzada. Si otros rescatan la vida sexual de un trovador, yo prefiero rescatar la nobleza; la nobleza y las armas, origenes de la alta poesia; o quiza debiera decir de la unica, la que conocimos vez primera en Homero.

Marcelo Díaz dijo...

Estimado anónimo, la poesía, toda ella, es fábula o sueño o fingimiento del autor, sea este individual o colectivo; y si hay algo que no dice la poesía provenzal es precisamente que la carne sea triste, antes bien todo lo contrario.
Por otro lado, y con voluntad de ser precisos, Guilhem de Peitieu no formó parte de la primera cruzada que tomó Jerusalém en el año 1099, sino que lo hizo en la cruzada de 1101 movido no tanto por la nobleza de los ideales (como a muchos otros señores) sino más bien por las oportunidades de riqueza que ofrecía la conquista. Y si bien su condición era noble digamos que su conducta no lo era del todo, era, para la época, bastante escandalosa, de ahí las dos excomuniones que sufrió.

Marcelo Díaz dijo...

Y para terminar (concediendo que usted tiene derecho a formarse respecto a la poesía todas las fábulas o sueños o fingimientos que se le antojen) dejeme decirle que no se si nobleza y armas están en los orígenes de la alta poesía, pero sí lo están seguramente en los frecuentes genocidios a los que dan lugar las creencias fanáticas y las ambiciones de poder, como fue la conquista de Jerusalem durante la primera cruzada, de la que da cuenta Raimundo de Aguilers en su Historia Francorum qui ceperunt Iherusalem:

«Maravillosos espectáculos alegraban nuestra vista. Algunos de nosotros, los más piadosos, cortaron las cabezas de los musulmanes; otros los hicieron blancos de sus flechas; otros fueron más lejos y los arrastraron a las hogueras. En las calles y plazas de Jerusalén no se veían más que montones de cabezas, manos y pies. Se derramó tanta sangre en la mezquita edificada sobre el templo de Salomón, que los cadáveres flotaban en ella y en muchos lugares la sangre nos llegaba hasta la rodilla. Cuando no hubo más musulmanes que matar, los jefes del ejército se dirigieron en procesión a la Iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia de acción de gracias»