Nos vamos con Mario Ortiz, rimando, a la Feliz, donde leeremos en la fenomenal fiesta de Dársena 3. Como para que vean con qué se pueden encontrar, va un fragmento de Al pie de la letra, el libro que 17grises acaba de editarle a Mario:
El tío Plinio era pintor.
El tío Plinio era fotógrafo.
El tío Plinio hacía serigrafía: imprimía banderines, distintivos para el colegio Don Bosco en una especie de lavadero descascarado y lleno de latas y frascos vacíos.
El tío era muchas cosas al mismo tiempo, es decir, tenía muchas maneras de responder a quien le preguntase qué era él. No todos tienen semejante cantidad de modos de responder a esa pregunta, y muchos, a menudo, no tienen ninguno.
Pero él tenía muchos modos de responder, tantos como cantidad de latas y frascos vacíos que salían del lavadero, se desparramaban por una especie de patio, o lo que en otro momento fue un patio y trepaban por estantes de madera que él adosaba a las paredes sin revocar, y finalmente se aglomeraban en otro galpón que tenía al fondo.
Sus cuadros eran naturalezas muertas, ranchos abandonados que salía a buscar con el caballete, el lienzo y el cajón de las pinturas en el baúl del Peugeot 403.
Se paraba frente a las naturalezas muertas.
Se paraba frente a los ranchos.
Se paraba frente a la Sierra de la Ventana.
Se paraba frente al Santuario de María Auxiliadora en Fortín Mercedes, de la Obra de Don Bosco.
Otras veces, cuando estábamos con mis primos de Mar del Plata, nos parábamos frente al objetivo, y él detrás de la vieja cámara de trípode que había sacado para que nos riésemos un rato, y se hundía debajo de la capa, y nosotros teníamos que reírnos porque salía un pajarito. En algún lugar del espacio algo flotaba y provocaba risa.
El tío no tuvo hijos.
Él era el cómico de la familia.
Y salíamos corriendo para el galpón del fondo. Completamente encerrados y a oscuras, en medio de latas, frascos, algunos llenos y otros vacíos, bastidores y aparatos que se entremezclaban en los recovecos hasta profundidades impenetrables, el tío ya había encendido una luz roja y, después de algunas maniobras, poco a poco aparecíamos nosotros, sumergidos bajo el líquido de unas cubetas, riendo.
Cómo se llama al que hace brotar pájaros.
Mi primo de Mar del Plata ahora vive en Comodoro Rivadavia, y hace poco tuvo un hijo. Lo llamó Plinio, pero como es lógico, no se parece al tío. Va a ser alto y rubio como mi primo en esas fotos, creo.
Mi tía tampoco se parecía a mi tío. En muchas cosas sí, pero en muchas otras no.
A veces creo que se parecían bastante cuando se subían al Peugeot 403 e iban a Misa. Un rato antes, habría bajado el caballete y las pinturas del baúl.
Después de Misa, ya dejaban de parecerse bastante.
Por esa época el tío me había regalado un cuadernillo alargado a lo ancho, del tamaño de un Patoruzito. Era un muestrario de letras. Por cada página, un abecedario completo, con mayúsculas y minúsculas, en diversos estilos tipográficos. El extraía modelos e ideas para sus trabajos serigráficos. A veces, también, hacía por encargo diplomas para homenajes, recordatorios o aniversarios, sobre todo para el colegio Don Bosco. En cartulina gruesa delineaba un pergamino que se enrollaba en los extremos, lo pintaba con acuarela y en la cabecera trazaba el motivo del homenaje en letras góticas que se parecían bastante a un modelo del cuadernillo, pero en cierto modo no se parecían. Quizá era un modelo suyo, una combinación de distintos modelos.
De ese cuadernillo yo también aprendí a trazar la letra gótica y algún otro tipo.
Mi letra manuscrita es monstruosa, pero mis trazos góticos son perfectos.
Nadie entiende lo que escribo. Debo traducir, explicarme.
Muchas veces yo tampoco me entiendo y me siento frente a mis textos como ante un desconocido que habla otro idioma.
El tío nos dibujaba nenes cagando en una pelela.
Yo le hago a mis hijos las carátulas con los nombres de las materias. (...)
El tío Plinio era pintor.
El tío Plinio era fotógrafo.
El tío Plinio hacía serigrafía: imprimía banderines, distintivos para el colegio Don Bosco en una especie de lavadero descascarado y lleno de latas y frascos vacíos.
El tío era muchas cosas al mismo tiempo, es decir, tenía muchas maneras de responder a quien le preguntase qué era él. No todos tienen semejante cantidad de modos de responder a esa pregunta, y muchos, a menudo, no tienen ninguno.
Pero él tenía muchos modos de responder, tantos como cantidad de latas y frascos vacíos que salían del lavadero, se desparramaban por una especie de patio, o lo que en otro momento fue un patio y trepaban por estantes de madera que él adosaba a las paredes sin revocar, y finalmente se aglomeraban en otro galpón que tenía al fondo.
Sus cuadros eran naturalezas muertas, ranchos abandonados que salía a buscar con el caballete, el lienzo y el cajón de las pinturas en el baúl del Peugeot 403.
Se paraba frente a las naturalezas muertas.
Se paraba frente a los ranchos.
Se paraba frente a la Sierra de la Ventana.
Se paraba frente al Santuario de María Auxiliadora en Fortín Mercedes, de la Obra de Don Bosco.
Otras veces, cuando estábamos con mis primos de Mar del Plata, nos parábamos frente al objetivo, y él detrás de la vieja cámara de trípode que había sacado para que nos riésemos un rato, y se hundía debajo de la capa, y nosotros teníamos que reírnos porque salía un pajarito. En algún lugar del espacio algo flotaba y provocaba risa.
El tío no tuvo hijos.
Él era el cómico de la familia.
Y salíamos corriendo para el galpón del fondo. Completamente encerrados y a oscuras, en medio de latas, frascos, algunos llenos y otros vacíos, bastidores y aparatos que se entremezclaban en los recovecos hasta profundidades impenetrables, el tío ya había encendido una luz roja y, después de algunas maniobras, poco a poco aparecíamos nosotros, sumergidos bajo el líquido de unas cubetas, riendo.
Cómo se llama al que hace brotar pájaros.
Mi primo de Mar del Plata ahora vive en Comodoro Rivadavia, y hace poco tuvo un hijo. Lo llamó Plinio, pero como es lógico, no se parece al tío. Va a ser alto y rubio como mi primo en esas fotos, creo.
Mi tía tampoco se parecía a mi tío. En muchas cosas sí, pero en muchas otras no.
A veces creo que se parecían bastante cuando se subían al Peugeot 403 e iban a Misa. Un rato antes, habría bajado el caballete y las pinturas del baúl.
Después de Misa, ya dejaban de parecerse bastante.
Por esa época el tío me había regalado un cuadernillo alargado a lo ancho, del tamaño de un Patoruzito. Era un muestrario de letras. Por cada página, un abecedario completo, con mayúsculas y minúsculas, en diversos estilos tipográficos. El extraía modelos e ideas para sus trabajos serigráficos. A veces, también, hacía por encargo diplomas para homenajes, recordatorios o aniversarios, sobre todo para el colegio Don Bosco. En cartulina gruesa delineaba un pergamino que se enrollaba en los extremos, lo pintaba con acuarela y en la cabecera trazaba el motivo del homenaje en letras góticas que se parecían bastante a un modelo del cuadernillo, pero en cierto modo no se parecían. Quizá era un modelo suyo, una combinación de distintos modelos.
De ese cuadernillo yo también aprendí a trazar la letra gótica y algún otro tipo.
Mi letra manuscrita es monstruosa, pero mis trazos góticos son perfectos.
Nadie entiende lo que escribo. Debo traducir, explicarme.
Muchas veces yo tampoco me entiendo y me siento frente a mis textos como ante un desconocido que habla otro idioma.
El tío nos dibujaba nenes cagando en una pelela.
Yo le hago a mis hijos las carátulas con los nombres de las materias. (...)
7 comentarios:
qué honor que vengan a la fiesta de dársena3. qué bueno es este texto!
estuvo re buena tu lectura, sobre todo ese texto que te ponias una mascara de luchador mexicano. saludos.
Gracias, Nicolás, y gracias Ana por la invitación, estuvo buenísimo.
no tengo sino palabras de felicidad.
Gracias a todos los marplatenses, ¡y que aguante Dársena 3 por mucho tiempo!
¡Qué belleza este poema! ¡Y qué felicidad que haya salido un nuevo tomo de los Cuadernos de Lengua y Literatura! ¿Ya se consiguen los libros? Felicidades para vos, para Mario y para los demás poetas recientemente editados.
Gracias, Eva.
Los libros todavía no están disponibles. Sin dudas en junio estarán, y vamos entonces a hacer una presentación conjunta de los viejos amigos con todos los amigos.
Buenísimo!!! :D
Besos
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