viernes, 14 de enero de 2011

AL MAR HAY QUE DECIRLO

Para los que están en la playa, para los que hacen planes para ir a la playa, para los que hacen olitas con los pies en la pelopincho, un poema del gran César Fernández Moreno: 

AL MAR HAY QUE DECIRLO

al mar hay que decirlo
el mar es un hecho que el hombre no puede pasar por alto
hay que volverlo palabras
hay que hacer del mar un sonido que te salga de la boca
un dibujo de letras que te parta el corazón
ahora van a ver qué fácil
yo les voy a decir
el mar

uno va por el camino y de pronto el mar
sale del cielo para abajo
está duro liso cobrizo vertical
uno ve el mar y qué
es algo innecesario rebuscado
un mero color puro
con la tierra y el cielo bastaba para envasar la tarde
pero el camino se derrumba al mar
y el mar te punza la cara se mete en tus sentidos
entonces te das cuenta
lo importante del mar es que viene a la tierra
hay una fuerza que se apoya en el horizonte y se proyecta hacia aquí
viene y se rompe en la roca
lo vertical gira como hélice lo liso se eriza lo cobrizo se irisa el mar se particulariza se
desparrama se deja chupar por la playa lo duro se fragmenta en un millón de besitos
aquel mar general resulta ser una cita con vos en la costa
un hecho neto de tu biografía
este momento de tu respiración

entonces no es el mar
yo no decía el mar en tanto rompe sobre la orilla
no decía tu retina ni tu epidermis
qué me importa el mar trepando tu pie
yo preguntaba por el mar por el mar
a ver si le puedo sacar el parecido
parece la pampa pero con alambrados de espuma
una palma de mano que sostiene las nubes
una almohada para la cabeza de dios
el ojo de buey por donde mira dios desde su camarote
el ojo de la tierra
una rueda con cámara de horizonte
la línea de flotación de todos los buques
la tumbadora que golpean los nadadores
el refugio subterráneo de las playas
una bailarina deshecha
el ruido líquido la parte más baja del cielo
o el verdadero cielo y estamos al revés las estrellas se cayeron arriba
o el verdadero continente y aquí nos ahogamos
si el mar fuera todo eso sería lo que no es
entonces cuál es yo preguntaba por su tejido de adentro
por el mar por el maaar

desde el cielo las olas pierden énfasis
sólo configuran la curtida piel del mar
flota un barco al sol como un insecto acuático
la rompiente no grita al abordar la tierra
sólo manifiesta su impotencia de seguir mar con una marginal protesta de espuma
es tan evidente que la forma de la costa depende de la tierra
que el mar es una extensa pero débil objeción del agua a la tierra
a estas alturas todo se pone demasiado abstracto
el cielo siquiera tiene nubes
el mar sólo tiene mar
qué manera de estar esto ya no es el mar
las nubes perfeccionan momento a momento su explosión silenciosa
sólo ellas son humanas están más vírgenes más besables por arriba
el mar no existiría si las nubes no lo necesitaran para proyectar su forma
las nubes determinan un cielo de arriba y otro de abajo los dos con puntitos blancos
el avión elegante vuela gozando el sol
que permanece arriba sin llegar a los hombres
sin embargo las nubes se rasgan se dispersan
y el mar triunfa sigue abajo sin una fisura
pero yo no quería decir ese mar sus componendas con la tierra y el cielo
con el sol con la sopa de nubes
yo quería decir el mar
no resbalar entre los planos del silencio
cerré los ojos ahí estaban las mismas nubes

entonces volví abajo para mirar el mar desde el mar
puse mi tiempo en agua por el ancho de un océano
el buque habló humo el mar contestó espuma
al mar hay que decirlo yo insistí
queriendo una vez más restablecer a palabras mi equilibrio con el mundo
ahí estaba esa cosa verde
la miré la volví a mirar la seguí mirando hasta que se me disolvieron los párpados
pero el mar seguía consistiendo en la exagerada redondez del horizonte
el paisaje infinito no será para verlo
en vano el hombre se arroja contra él
rebota y vuelve a sus sensaciones orgánicas
a sus dedos amarillos de tabaco a la cutícula irregular de sus uñas
ya viene la noche a relevarme ya te cubre de sí
mar como si no fueras lo bastante oscuro
a lo lejos la tierra alardea de faros
como si ella fuera tan clara
en vano tus olas se me aplastan contra los oídos y me cambian el mundo
yo no entiendo lo que querés decirme
¿quién te bate desde adentro quién te emociona hasta volverte espuma?
¿para qué tanta agua si no podrías ahogar una gaviota?
¿qué te parece la república argentina
te acordás de Mariano Moreno?

pero el mar no responde
la quilla lo hiere lo saja
él opone magia blanca de espuma y recobra su respiración ondulante 

ya no te puedo ver sólo la luna nueva te contempla en secreto
igual me lanzo todo el tiempo sobre vos
¿un contenido? ¿la cosa más grande puesta sobre el planeta?
imagínense un vaso lleno de agua
los habitantes de sus bordes vivirían embrujados por ese líquido
en definitiva la menor gota de niebla la más insinuada lágrima desembocan en el agua total del mar
cuerpo intermedio penetrable flotable móvil y quieto
su forma conciliadora lo hace hermano del hombre
el mar es una especie de tierra benigna donde no tropiezo
una especie de viento muy fuerte que se ve
al agua la conozco con la boca y el cuerpo
respeta mi perfil mis tejidos más delicados se deja doblar nos recibimos por entero

mar ya te voy entendiendo
algo como eso pero no tan largo
sólo una sirena podría abreviármelo
(llorando entrecortadamente)
ah si yo fuera pez
ameba siquiera
(más esperanzado)
si me ahogara tal vez...

...el texto continuaba
en la próxima estrofa explicaba el mar completo
yo la escribí crispado sobre la proa
pero esa hoja se me voló al mar 

1955
César Fernández Moreno

7 comentarios:

Ana Miravalles dijo...

qué poema increíble... Gracias

M. C. dijo...

Es interesante el recorrido de perspectivas, pero quizás comienza mejor de lo que termina (aunque con matices, claro).

guillermo.g. dijo...

Ya se han dicho muchas cosas
sobre ese montón de agua.

ionito dijo...

aguante!!!
(hago gestito de idea con mi mano, puño en alto, cuernitos..)

Marcelo Díaz dijo...

Ana, gracias a vos!
Matías, los poemas largos de CFM no siguen, digamos, criterios de extrema precisión, son más bien aluvionales, por momentos intensos, por momentos se desordenan, terminan medio de golpe... de hecho el propio CFM escribe: "Hay una manera de la poesía en que las palabras tienden a juntarse como diamantes, hay otra en que tienden a juntarse como barro. A esta segunda pertenece la que he intentado con este libro: poesía de la retícula gruesa, de grano grueso como las fotos de los diarios; tal vez por ello resulta a veces periodística. Se trata de otra medida, en el sentido estricto de esta palabra: menos densidad poética por palabra" lo contrario de Pound ¿no?
abrazo

Marcelo Díaz dijo...

Guillermo, sí, uno podría armar una lectura con este poema, con el que citás de Casas (Una oportunidad) y con el de Sergio Raimondi (Qué es el mar) Una buena lectura cruzada! Respecto a los versos que citás, prefiero estos de CFM:
queriendo una vez más restablecer a palabras mi equilibrio con el mundo /
ahí estaba esa cosa verde

guillermo.g. dijo...

muy bueno el resaltador suyo, díaz... en cuanto a los cruces creo que sólo pueden ser nutritivos(?¿) en tanto no nos muevan a hacer elecciones o ponderaciones a priori... sobre todo en casos de poéticas que serían, digamos, de "otra especie", si eso es concebible... estaba yo tratando de no pensar en esos versos de casas, en otros de marian moore y una cancíon que daba vueltas también... mucho menos quería acordarme de ese poema de raimondi pero creo que tampoco tenía elección...