miércoles, 24 de septiembre de 2008

CÓMO SE CREA EL SILENCIO

John Cage compuso esta obra, 4'33", en 1952. Aún hoy resulta sorprendente. Lejos de quienes la toman como una especie de broma (una de las tantas) del arte contemporáneo, 4'33" pone en escena toda la dimensión de ritual colectivo que puede ofrecer el arte en un presente desencantado, además de crear algo que casi ha desaparecido de nuestro mundo: silencio.
Cuando muchos artistas buscan desarrollar su hacer por medio del trabajo asociativo y se tientan nuevas categorías para pensar estas prácticas (estética relacional, estética de emergencia, arte de bajo radar, etc), no encuentro mejor ejemplo de arte colaborativo (entre artistas y público) que esta pieza de mitad del siglo pasado.
Hay varias versiones circulando en internet, incluso una con David Tudor, que fue quien la interpretó por primera vez. Yo prefiero ésta, porque me parece la más sobria, y porque se ven los espectadores, también intérpretes imprescindibles.
Quienes gusten de una versión sensiblemente más expresiva (a mi gusto demasiado afectada), pueden clickear acá.

5 comentarios:

Matías dijo...

Si un escritor con cierto prestigio, publica un libro que se llame, ponele, 160, con su nombre en la tapa, los datos correspondientes a la edición y 160 páginas en blanco, ¿Qué es?, un genio, un vanguardista, un chanta, un indagador del misterio de la página en blanco... no sé...

Marcelo Díaz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marcelo Díaz dijo...

No sé, Matías, el día que alguien lo haga te respondo. En ese momento habría que tener en cuenta en qué contexto lo produce, qué recepción se genera, qué debates provoca, qué posiciones se adoptan en el/los debates, si eso impulsa que se revean herramientas críticas o no, en qué clase de mundo surge ese libro, con qué preocupaciones y conflictos, qué tendría que ver esa acción con prácticas e ideas hegemónicas y emergentes, no sólo estéticas... bah, todo lo que hace posible la existencia de la literatura, que no es sólo una cuestión, creo, de páginas blancas o impresas. Y en ese caso tampoco se si la pregunta más interesante sería ¿qué es este tipo? Pero eso que imaginás todavía no pasó, así que no puedo decir mucho.

Matías dijo...

Es verdad, la proposición "genio o chanta" es bastante boluda. A lo me refiero es que me pareció una experiencia muy radical que deja al desnudo el mecanismo de recepción de una obra, convirtiéndolo en la obra misma. Y a su vez, creo, es una experiencia que no se sostiene en sí misma, sino en la figura del autor. Sin John Cage avalando 4 minutos 33 segundos de silencio, la puesta en escena no se produciría nunca.

Marcelo Díaz dijo...

La verdad,no lo se. En todo caso, si existe ese aval del autor es porque hay toda una reflexión de parte de Cage en relación al silencio. Pero tu planteo parece venir más por el lado de que al ser un autor reconocido le estaría permitido hacer eso (o hacer cualquier cosa). Yo creo que sí es una experiencia que se sostiene en sí misma, sensorial e intelectualmente. En términos sensoriales "escuchás el silencio", que, conclusión a la que llegó Cage, no existe. Es decir, al no tocar los instrumentos ¿qué es lo que se escucha? respiraciones, cuerpos que se mueven, ruidos lejanos, la materia sonora que nos rodea, pero no atendemos. Intelectualmente la pregunta que se impone es ¿qué es eso que llamamos silencio y no existe? Para Cage es la falta de atención, hay "silencio" cuando no atendemos a los sonidos y a los ruidos: “el silencio es solamente el abandono de la intención de oir”. 4'33" construye un marco que extrema la atención sobre esa no-intención.
Por otro lado, lo que a mí me atrae de esta pieza es la participación grupal, en clave artística. Para que exista hay una acción concertada de músicos y público para "hacer" silencio. Voy a hacer una comparación brutal, pero cuando en una cancha repleta se hace un minuto de silencio antes de comenzar el partido, la experiencia es fuerte. O cuando fueron las marchas de silencio, como protesta. Si el sonido continuo, el ruido permanente, se vacía ¿qué se deja escuchar ahí?
Hay un artículo muy interesante en http://revista.escaner.cl/node/529