martes, 8 de diciembre de 2009

DÍPTICO PARA SER LEÍDO CON MÁSCARA DE LUCHADOR MEXICANO


En su momento subí el link a Eterna Cadencia, de donde viene este video que filmó Patricio Zunini en la maratón de poesía del Festival de Rosario. Me pidieron que lo suba directamente acá, si era posible con los textos. Como los deseos de los seguidores de este blog se acatan inmediatamente, helos aquí, video y poemas:

Díptico para ser leído con máscara de luchador mexicano

I – La Era del Karaoke

Los cactus han brotado en el verano, uniformes e instantáneos. Se los ve
desde el bar Oro Preto, en el declive de una tarde bochornosa.
Se oye hablar de palmeras, y de playas donde el agua es de un celeste cristalino,
y de cardúmenes que se abren como estallidos multicolores,
se oye el hielo derretirse en vasos de cuello largo,
y motores que regulan en el semáforo de la avenida
y los primeros acordes del tema musical de Titanic.
Están en un extremo de la peatonal Drago, frente al bar Oro Preto,
están entre los cactus, bajo el cartel azul y verde que dice MOVISTAR,
delante de un mundo iluminado por celulares y sonrisas ploteadas en el vidrio.
¡DUPLICATE! ¡RECARGAME! ¡SOMOS MÁS! Pero ellos no son parte
de la campaña de MOVISTAR, tampoco lo son los cactus,
aunque una mujer le dice a otra: mirá qué lindos
los cactus que puso MOVISTAR. Pero los cactus, verdes, instantáneos,
uniformes y estampados sobre una gruesa lona vinílica, no forman parte
de la campaña publicitaria de MOVISTAR, están ahí
para simbolizar el desierto
aún presente en la ciudad, están ahí
para recordarnos que el desierto
sigue ahí, bajo el cemento. Aunque es cierto
que son lindos y que los artistas
se inclinaron por la misma tonalidad de verde que los creativos de la transnacional. Ahora,
desde una mesa en la vereda del bar Oro Preto,
asistimos al hundimiento del Titanic, que este grupo
(dos sikus, dos parlantes, una quena,
un amplificador TONOMAC, una flauta de pan)
interpreta con entusiasmo andino entre cactus de lona vinílica,
ante un cardumen multicolor de celulares
que se recargan y se duplican en la pecera telefónica.
El Titanic, en la versión electro-kolla, más que hundirse, se disuelve
en trinos de quena y siku, y he aquí a los músicos,
sobrevivientes tenaces del naufragio de un continente, en los estertores
de la era del karaoke, con sus ropajes que juzgamos típicos, aunque no sepamos
típicos de qué, de pie y agradeciendo la llovizna
de aplausos que no bien
toca el desierto se evapora.

II – Señas de identidad

Para el taxista que mira en diagonal el conjunto
desde su parada en Avenida Colón
son bolivianos, pero están
disfrazados de otra cosa; para el cafetero que atraviesa la peatonal
con su carrito de metal lleno de termos
son paraguayos que se hacen los bolivianos, y además
hacen playback; para el cajero del bar Oro Preto
son todos de Fuerte Apache, si bien concede
que la versión de Chiquitita
es lo mejor de un repertorio
marcadamente multicultural, y a él, en particular, le gusta;
para el guardia de seguridad privada de MOVISTAR
son un objeto a desalojar, tarde o temprano, cuando le den la orden;
para las administrativas de la Universidad Nacional del Sur
que se hacen un minuto y toman un café, las plumas del vestuario son
de papagayos amazónicos, y sus colores: ¡hermosos!;
para el productor agropecuario que en su camioneta exhibe
ESTAMOS CON EL CAMPO, como quien dice “estoy conmigo”,
en un ejercicio de solidaridad identitaria
difícil de superar, son bolivianos que se cansaron
de juntar cebolla en Mayor Buratovich y ahora se dedican
al arte musical; para el Presidente de la Nación Nicolás Avellaneda
el problema es el desierto; para el joven abogado Estanislao Zeballos
se trata de quitarles el caballo y la lanza
y obligarlos a cultivar la tierra con el Rémington al pecho, diariamente;
para el Ministro de Guerra Julio Argentino Roca 1 Rémington se carga
15 indios a la carrera, el resto es hacer cuentas,
y embolsar; para el periodista que se arrima
con espíritu etnográfico y pregunta:
¿de dónde son? la respuesta es: vamos
a Monte Hermoso, después a San Antonio,
hacemos la costa, y tenemos
una oferta imperdible: The best of siku, volumen cinco, que contiene
La casa del sol naciente, Imagine, Hotel California, Cuando los ángeles lloran,
y la versión de Chiquitita que acabamos de escuchar,
a sólo quince pesos,
por ser usted.

7 comentarios:

Gabys* dijo...

ídolo total!! muy buenos

Natalia Martirena dijo...

ponerse mascaras dice Lecok "no tapa, revela". Lo que primero me llama la atencion es la mascara pero despues aparece en primer plano tu manera de decir, de contar. Una especie de Leonard Cohen de la poesia!!!

Marcelo Díaz dijo...

un poco exageradas las dos, pero muchas gracias!

Bruno dijo...

Tuve el honor de escucharlos leídos por el autor en la furiosa ciudad de Bs As.

abrazo!

M. dijo...

Yo me compré el CD de los sioux andinos (para mí son sioux andinos). Aparecieron acá también en Jujuy el verano pasado. Me dio tanta impresión la visión de los sioux andinos que me quedé un rato mirándolos y después me fui a mi casa a buscar la cámara de fotos. Hasta escribí una nota que no me animé a publicar por la mística extraña y sospechosa que se creaba y porque, ante la confusión identitaria que generaban, los de la revista me dijeron que podía ser un tema delicado.
:-)
(Otra de las más impresionantes es la versión pop-puneña de "Another day in paradise").
Saludos!

PD: Los poemas de los topos que leíste en el auditorio también estaban buenísimos. Me gustaron un montón (creo que sí te dije).

Marcelo Díaz dijo...

Gracias, Bruno, yo tuve el honor de leerlos para vos, Mariana Sabattini, Guille David y seis más (si contamos el mozo)!
Meliza, un amigo los definió como sioux bolivarianos, va por ahí el asunto. Qué pena que no publicaron lo que escribiste ¿por qué no me lo mandás? El cd que yo tengo no trae Another day in paradise, una pena... si en algún momento voy para Jujuy te hago una copia del mío y vos del tuyo, así vamos completando la discografía. Un beso, y ojo con la sombra de Napoleón!

M. dijo...

Sí, los que andaban por acá (no sé si serán los mismos) me dijeron que eran de Ecuador. Dale, hagamos intercambio! :-) Te mando la nota al mail que aparece acá en tu blog.
Un beso!